sábado, 22 de mayo de 2010
La más bella creación
Un día invoqué al Creador para que me mostrase lo más bello y sublime que había creado.
Aceptó mi súplica y me dispuse a contemplar... Esperé largo rato pero ante mis ojos no
apareció nada. Al caer la tarde me dispuse a abandonar aquel bello lugar con lágrimas en
los ojos pues pensaba que me había engañado. Al pensar esto el creador de la vida me
susurró al oido. Hijo mio, llevo rato esperando que mires en el estanque de agua que
tienes delante para mostrarte lo que me has pedido. De nuevo un halo de esperanza y
alegría recorrió mi cuerpo, corrí rapidamente hacia el estanque, clavé mis rodillas en la
arena y comencé a mirar con entusiasmo el agua. Pero pronto me inundó de nuevo la
desesperanza al ver que en el agua solo se reflejaba mi rostro. Antes de que pudiera
girarme para salir corriendo de aquel lugar, la voz del creador me dijo de manera suave y
paternal, ¿por qué deseas irte? ¿es qué no ves lo que hay en el estanque? Un poco
sorprendido logré contestar: no veo nada, no está lo que te había pedido, lo más
marivolloso y sublime que habías creado. Si que lo está, estas tú...
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